martes, 26 de noviembre de 2019

¡No me van a apagar!

Me mudé de ciudad persiguiendo un sueño y no tenía idea de lo difícil que se convertiría cumplirlo, de todo lo que he tenido que sacrificar y dejar atrás; vine a otra ciudad sin familia, sin amigos ni conocidos y en mi ingenuidad conocí lo que la palabra traición significaba, vine a llenar mar de lágrimas de dolor, tristeza y soledad. 



Un propósito hay, no tengo duda, y hoy lo veo inalcanzable, lejos de mis manos, pero no puedo permitirme que los sacrificios, la tristeza y mis lagrimas sean en vano, dándome por vencida hoy, lo que muchas personas han esperado de mi, el tirar la toalla; a pesar del dolor, de la poca energía que me queda por luchar...

NO, no me daré por vencida, no prometeré ni juraré, sino actuaré, siendo una mejor versión, trabajando un poco más día con día, daré la mejor sonrisa, ayudaré todo lo que esté en mis posibilidades, actos de bondad e incluso actos de amor, aún cuando para mi no lo merecen. 

Porque vine a ser mejor, vine a ser ese grano de arena en la playa, para ayudar a hacer resplandecer este mundo, vine a que brillemos juntos y no a opacar, no a amargarme, no a darme por vencida. 

Esto es lo que puedo decir: hoy escribo para sacar lo negativo de mi vida, a partir de ahora, una mejor versión de mí viene a tocar la puerta, para quedarse y no irse. ¡No me van a apagar!