martes, 11 de julio de 2017

Primer Amor

"Díganle que me dolió hasta el alma, pero que gracias"




A ti te doy las gracias por los bellos momentos, sobretodo por enseñarme a equivocarme y de esa forma permitirme aprender y buscar ser una mejor persona; una mujer con un poco mas de sabiduría, con ganas de no volver a repetir errores, de madurar y buscar lo mejor para mí.

Gracias por permitirme valorarme y entender algo muy simple: Nadie me va a querer ni me va a tratar mejor de lo que yo misma lo haré.

Si no me valoro no debo pensar que alguien más lo hará. Valgo por quien soy y no por quienes están a mi alrededor.

Gracias por los gratos momentos, esos no se olvidan pero sobretodo más gracias por los malos ratos; por que es a ellos a los que les debo lo que el día de hoy soy, alguien más fuerte.

Te agradezco el haberme fallado y herido de la forma en que lo hiciste, de haberme hecho pensar que sin ti el mundo acabaría; por que hoy te digo, me hiciste fuerte, me hiciste ver que realmente no te necesito ni te quiero; que en vez de que el mundo acabará con nuestro final, fue que vi que éste apenas empezaba para mí.

Gracias por haber permitido que mis lagrimas aparecieran cada noche y que el dolor aumentará; por que hiciste de mí alguien fuerte, con ganas de vivir y con cada lagrima me animaste inconscientemente a buscar mí felicidad.

E infinitamente te agradezco por que me hiciste dar pasos que no pensé atreverme a dar, como el no responder a tus llamadas o mensajes y no buscarte.

Por que me hiciste cumplir metas que no creía poder lograr; como el olvidarte.

Te escribo hoy, no por que no te haya superado u olvidado, sino por que hoy, con mis sentimientos mas fríos y mi cabeza mas objetiva te digo lo que realmente siento y lo que contigo primer amor aprendí.

Es raro, a pesar de todo el dolor, no te he deseado el mal al contrario, que seas feliz, lo mereces por haberme enseñado lo que significaba un beso, por haberme dicho un “te quiero” o un “te amo”, por haber cuidado de mí en su momento, por haberme abrazado, por haberme consentido y escuchado, pero sobretodo por haberme enseñado quien soy y lo que realmente quiero.


Y es con estas palabras que me despido de ti al fin.